The market from here, mide in scene of anthropology
El Mercado desde Aquí: Puesta en escena y antropologia
©Por Abdel Hernandez San Juan
Discussing the current general situation with visual displays in the field of anthropology in USA usually limited to the representation of culture without possibilities to mise in scenes fieldwork, this paper proposes a research which coming from constructivism in sociology, retheorize a new balance to get together mise scene of fieldwork and ways to unfold in a more evocative form the anthropological representations of the culture we research. Focused about discussing a visual display of anthropology I conceived and composed after two years of individual fieldwork alone in and on the popular markets of Venezuela, the paper discuss how my previous fieldwork alone which can be the basis to many of my works between which such a display is just one of the possible outcomes, was the basis to compose such a visual display both introducing it at text of the catalogue written in anticipation as well as working as the script to do the display, while at the same time discuss how the display itself, The Market from Here: Mise in Scene and Experimental Ethnography was committed to visually textualize three additional months of fieldwork addressed to invite two persons from the world of theater to build the physical piece in the form of a team of expertises to explore new possibilities both out there at the markets and late at the visual display of anthropology
Keywords: anthropological representation of culture, evocation, visual display of anthropology, world of theater, team of expertises
La cuestión que voy a discutir en este ensayo es ella en sí teórica aunque suponga asuntos de retórica y se refiere a la puesta en escena del trabajo de campo y a la elicitacion de antropología cultural en displays visuales discutiré pues The Market from Here: Mise in Scene and Experimental Ethnography como una práctica profesional de etnografía; una forma de elicitacion de antropología cultural.
Para poner en la escena del texto el trabajo de campo, lo que Clifford Geert llama autoubicaciones refiriéndose a las estrategias que seguimos y escogemos en el componer modos textuales que reflejen, hagan referencias, autorefieran o representen lo que ha sido una experiencia de trabajo de campo, el recurso usual ha sido la escritura de ensayos y papers, por un lado, y la escritura de libros por el otro como sigue de hecho siendo en mi caso el modo de hacerlo continuo, permanente y recurrente en un por ciento incomparablemente mayor, libros y papers.
A diferencia del ensayo escrito y del libro, la única otra forma conocida en que se ha practicado la puesta en escena textual del trabajo de campo ha sido en dos modalidades de lo que Stephen A Tyler ha llamado displays.
o bien se hace una exposición curada y museografiada en un museo de antropología y de etnografía, o bien se hace un film o un video, es a ello a lo que usualmente llamamos displays. El display por lo general, sin embargo, sea el museo o el film, ha tenido en la antropología grandes limitaciones en el pasado, estas han estado dadas por varias razones.
Cuando se trata de un museo de antropología, bien hablemos de un curador y museógrafo independiente que logra o consigue un contrato para hacer una exposición de antropología en un museo, o bien se trate de una exposición comisariada por curadores del mismo museo, las exposiciones se ven usualmente obligadas a, debido a las contingencias que el museo tiene habitualmente para sus públicos remitir sus formas textuales y visuales al hecho propiamente representacional hacia una cultura o sociedad en cuestión.
Incluso cuando se trata de un museo de antropología público, como el museo de antropología de Berkeley, si bien este aún tiene el privilegio de estar relativamente relacionado aunque independiente arquitectónicamente, a la universidad de Berkeley, lo anterior es lo usual y frecuente.
Con grandes dificultades un museo puede ofrecerle a la antropología como display las libertades de experimentación que el trabajador de campo requiere para hacer de la puesta en escena museográfica una oportunidad orientada a desplegar modos textuales y visuales de hacer referencias a aquel debido a que ello distrae la atención del público hacia cuestiones auto disciplinarias que remiten a entelequias autorreferenciales y meta textuales que alejan de los referentes culturales en cuestión.
Por este motivo, por mucho que el curador y el museógrafo estén interesados en no solo representar museográficamente una cultura o sociedad sino en también hacer referencias al antropólogo, el trabajo de este último tiende a ser usado como base por el curador que deviene el mismo el antropólogo de la muestra para esa museografía haciendo un trabajo de segunda mano basado en el material que le suministra el trabajo de antropólogos que han estudiado esa sociedad o cultura, suponiendo un caso en el cual se haga una exposición remitida empíricamente a la labor de un antropólogo preciso, las referencias al trabajo de campo tienden a ser relegadas a un simple vehículo, un simple recurso instrumental destinado a la finalidad de ofrecer una determinada representación de esa cultura y menos, por no decir casi nada o nada, a poner en la escena textual y visual museográfica referencias al trabajo de campo en la forma de la experimentación de una auto ubicación como estrategia textual del antropólogo mismo, debido a que el museo mantiene una relacion contingente como institución representacional, con las culturas sobre las cuales versan las muestras, las posibilidades de que las exposiciones devengan ocasiones para representar el trabajo de campo, son mínimas y cuando mucho extremadamente limitadas.
En la misma forma los films de antropología, aunque tienden a ampliar un poco más el diapasón de posibilidades para abrir el diámetro referencial no solo a la cultura en cuestión sino también a dejar entrar en el producto fílmico referencias al antropólogo y al trabajo de campo, aun las posibilidades son muy reducidas debido a que el film debe como fenómeno que versa o refiere un emplazamiento cultural determinado, ofrecer como forma textual una interpretación, una imagen o una representación de esa cultura o sociedad y menos asi o en general a subordinar a esa finalidad, las referencias al trabajo de campo.
Sin embargo, con la proliferación cada más generalizada de lo que hemos llamado la crisis de la representación de las culturas en la antropología lo que inicialmente ha sido en términos de displays, museos y films un prejuicio moral y una limitación en el hacer referencias al trabajador de campo, se ha extendido también a una crisis cada vez mayor del autoritarismo etnográfico y antropológico para imponer versiones representacionales de las culturas.
De este modo, aunque de ninguna forma el display del museo de antropología cede sus recursos para, frente a la crisis de la representación de las culturas volverse en su vez o en su lugar, espacios para la puesta en escena o la representación del trabajador de campo y del trabajo que realiza el antropólogo al menos comienza a reconocerse que si representar el trabajo del antropólogo disminuye la atención sobre la cultura en favor de representar algo aún más instrumentalizado, las formas en que el antropólogo la ha estudiado, también usar el display del museo para ofrecer representaciones de esas culturas, está en dudas.
Frente a esta diatriba explorar y experimentar las posibilidades de un display nuevo por lo menos permite poner una mayor atención a que la puesta en escena textual y visual pueda liberar más sus vías para hacer referencias no solo a la cultura sino también y en mayor medida para devenir ella misma como hecho textual y visual una puesta en escena del trabajo de campo o por lo menos para desarrollar modalidades en que las estrategias para poner en escena en modos textuales el trabajo de campo y modos de ofrecer representaciones de la cultura puedan ir más juntas y relacionarse en formas más ricas e interesantes.
Aunque ciertos métodos obtusos en su mayoría hoy deconstruidos tenderían a generar, en el desplegar museográficamente el trabajo de campo, una imagen aún más instrumentalizada y discutible del modo en que se estudió una cultura, las exploraciones epistemológicas y la renovación de nuevas vías de experimentación para la práctica del research y del trabajo de campo como las que en no pocos de mis ensayos llevo a cabo o he discutido, podría todo lo contrario ayudar notablemente a ofrecer mejores y más adecuadas representaciones o evocaciones de las culturas en la medida en que estas vengan junto con e interrelacionadas con la puesta en escena de ese research.
La posibilidad para ampliar la experimentación de este hecho, el display entre lo visual y lo textual como uno que facilite y viabilice otras posibilidades a la relacion entre puesta en escena del trabajo de campo y representaciones de la cultura, y de la relacion entre ambas cosas, fue lo que centro, como approach teórico, de research y práctico, mi concepción y elaboración de The Market from Here: Mise in Scene and Experimental Ethnography.
En primer lugar, como en toda puesta en escena textual del trabajo de campo, en la misma forma en que un ensayo como forma textual y en que un libro, nunca agotan y siempre se refieren a aspectos parciales en los cuales nunca se recoge todo lo que ha sido un trabajo de campo, que da para muchos libros y ensayos, la puesta en escena del trabajo de campo en un display físico limitado resulta aún más parcial y remitido a solo un aspecto
La etnografía experimental en cuestión la he discutido antes sola y en relacion comparativa a otras formas de antropología, se trata de mi obra The Market from Here: Mise in Scene and Experimental Ethnography una obra de Antropología y etnografía experimental que concebí y compuse como obra autoral en caracas en 1996, la obra en sí misma, sin embargo, es preciso decirlo, es solo una, respecto a un trabajo de campo y un research mucho más amplio que desarrolle sobre los mercados y en los mercados venezolanos a partir de 1994.
Como obra no se refiere, ni tematiza, ni textualiza, toda la investigación de campo que yo realice durante tres años en los mercados antes de concebirla, sino que se refiere solo a un periodo de tres meses de trabajo de campo el cual adquirió una forma muy específica encaminada a esa obra en concreto.
Mientras antes mi trabajo de campo consistía en recorrer y visitar los mercados, por un lado, y reunirme con sus autoridades por el otro en el mercado de coche --mercado mayorista distribuidor de mercancías desde el resto del país hacia Caracas colindante al museo de artes visuales alejandro otero--, asi como reunirme y revisar material visual, hemerotecas, fototecas y colecciones iconográficas, literarias, visuales, sobre la imagen de los mercados desde el siglo XV hasta el presente contemporáneo, cuando concebí The Market from Here realice un trabajo de campo específico y concreto encaminado a esa obra en sí misma el cual se centró en otros mercados y fue de tres meses.
Cuando digo que se trata de una obra de antropología y etnografía experimental centro desde el principio la problemática sobre la representación y la observación discutida en el párrafo citado antes de Clifford Geertz en Being Here, la problemática de como hallar, frente a los géneros realistas del representacionalismo naturalista y frente a los modos representacionales de abordar una realidad cultural y económica, otras posibilidades que aquí serian, para esta obra, las de la evocación como variante y posibilidad en vez de la representación.
El centro de mi trabajo de campo y research antes solo, de hecho, se había centrado en como en los mercados no existe el punto de vista privilegiado de un observador, sino que la relacion entre observador y observado se trueca y el mercado mismo se ofrece como realidad polifónica y multivocal donde las dinámicas del vendedor y el comprador, por un lado, y de ambos en la actividad más amplia y continuada de la mercadería, el comercio y el consumo, no dan espacio o posibilidad a un punto de vista para establecerse como realidad del observador.
Esta conclusión me condujo a la escritura de un ensayo relacionado a aquella investigación en el que desarrollaba y discutía ello, se trataba de un ensayo antropológico y etnográfico centrado en hacer una deconstrucción del concepto de observador y de observación desarrollada en los términos teóricos, pero también estilísticos, estéticos y visuales en base a mi conclusión de los mercados como puestas en escenas y rituales polifónicos, aquella investigación previa nutrió entonces la concepción posterior de The Market from Here como una nueva obra, fue de hecho ello, aquella conclusión del trabajo de campo anterior solo, la que me hizo, ya en función de Componer The Market from Here, escoger el tema en antropología y etnografía de la crisis de los modos representacionales y realistas en favor de formas y modos más evocativos de dar el resultado de mis investigaciones antropológicas.
En función de ello concebí la obra en su conjunto como puesta en escena visual de esa forma textual que escribí de modo que una vez tenía este texto lo primero que hice fue decidir que funcionara como el texto que dirigiría la obra, sería, por un lado, el primer texto que los espectadores leerían tanto en el catálogo de la obra como en su vestíbulo inicial ilustrado con fotografías de los mercados muy bien escogidas hechas durante mi trabajo de campo.
El texto en su conjunto discute los mercados en el siglo XV desde la placita publica dominical en los tiempos del costumbrismo como eran representadas por escritores, dibujantes y pintores costumbristas locales en Venezuela, incluyendo el punto de vista sobre esos settings dado por viajeros y forasteros como aquellos expresados en dibujos de holandeses e ingleses visitantes, hasta las formas que adquirió luego aquella otrora placita del mercado en la forma contemporánea de los mercados modernos y posmodernos en la ciudad con sus expresiones capitalistas neoliberales en la publicidad y la visualidad del consumo, el texto, sin embargo, no es de por sí solo una teorización de los mercados, sino también y al mismo tiempo, del punto de vista en ellos, es, en su conjunto, un texto sobre la posición relativa y disuelta en la polifonía, como en el carnaval, del punto de vista en los mercados libres y con ello como ensayo de antropología y etnografía una desconstrucción del observador y de la relacion entre observador y observado cómo está la tenemos en la investigación de campo empírica de esos mercados, investigación antropológica que hice de fenómenos muy específicos propios a los mercados, de modo que oscila entre hablar de los mercados en los distintos periodos en términos de su visualidad teorizándolos hasta el presente, a la vez que va teorizando la polifonía en ellos y dentro de ello va discutiendo aspectos de mi trabajo de campo y esa desconstrucción de la observación en la discusión de una idea de antropología y etnografía
A efectos míos, de mi propio trabajo de campo, la diferencia que hacían los nuevos tres meses de trabajo de campo destinados a ser puesto en escena por la obra venia dada en varias cosas, primero, por un lado, en los años anteriores a esos tres meses visitaba y recorría los mercados solo, mientras que para estos tres meses lo hacía con tres personas junto a mí, segundo, mi trabajo de campo anterior a esos tres meses no solo incluía recorridos, visitas y diálogos míos solo en los emplazamientos de los mercados sino que incluía, como decía antes, también reuniones mías solo tanto en el mercado con autoridades de aquel, como en museos y sobre todo visitas a colecciones, asi como también revisión de material visual, textual y literario de archivos, tales como consultas de libros, revisión de fototecas visuales sobre los mercados, pesquisas del tema mercado en el coleccionismo, entre otras cosas.
mientras antes de estos tres meses mi trabajo de campo estaba definido por la relacion entre mis visitas, recorridos, reuniones y diálogos en el mercado solo y mis visitas, reuniones y pesquisas mías solo del coleccionismo, los archivos, las fototecas y los referentes literarias al mercado, trabajo de campo realizado enteramente solo, a partir de estos tres meses, mis recurridos y visitas al mercado comenzaron a ser con un escenógrafo, una productora teatral y un fotógrafo, lo tres meses por lo tanto definieron un momento muy específico y delimitado del trabajo de campo.
Estas tres personas no estaban ni estuvieron relacionadas a aquel trabajo anterior, pero desde el momento en que, dos años después, iniciaron a participar cambiaría en su forma y naturaleza el trabajo de campo, el estar realizando una obra que sería un display concreto de puesta en escena textual y visual, y el estarlo haciéndolo con un escenógrafo, una productora teatral y un fotógrafo fue el hecho principal que modifico su forma anterior, hizo que mi atención estuviera puesta en el nuevo momento que mi investigación de campo adquiría para esos tres meses y en cómo podría yo teorizar, analizar y contemplar cuestiones relativas a los expertises de mis tres invitados dentro de la nueva forma que adquiriría el trabajo de campo.
Es preciso decir que el hecho de que the Market from Here incluya una habitación en la cual se habla de un etnógrafo relativamente ficcionado, en la misma forma en que se evocan en las distintas habitaciones, el mundo de los hombres del mercado, no significa que la obra en sí misma no tenga su etnógrafo.
El antropólogo y el etnógrafo de la obra soy yo, Abdel Hernandez San Juan, como autor, como teórico, como antropólogo y como etnógrafo, mi propio trabajo de campo y mi research en los mercados sobre los cuales, respecto a un periodo concreto de tres meses, la obra versa, no es un personaje de ficción o un etnógrafo inventado, el acudir en una de las habitaciones a la imagen de un etnógrafo relativamente ficcionado, no se refiere a un personaje inventado, se refiere al etnógrafo como una instancia conceptual que en esa parte de la obra fue necesario traer al primer plano para discutirla
En un modo más abtracto, en la misma forma en que las otras habitaciones de la obra son recreaciones sobre ambientes de vida y trabajo de los hombres del mercado en sus distintas formas, esa habitación, debería, a la vez que ser la autoreferencial al trabajo de campo y a la realización física de la obra, es decir a mí y a Fernando, ser también aquella en la cual, al abstraerse sobre sí misma una obra que simultáneamente ha discutido desde su mismo texto de catálogo y vestíbulo, los mercados y la antropología, los mercados y la observación, los mercados y la etnografía, aquella en que se ofrecería una conclusión sobre que ocurría con el concepto de etnografía y del etnógrafo una vez cerrada sobre sí misma la propuesta de etnografía y de etnógrafo que la obra lleva a término, he ahí ese efecto de que además de hablar de nosotros dos y la obra, se hablase de un etnógrafo en genérico que pudiese dar la impresión de ser como los hombres del mercado evocados pero no literales, un etnógrafo de ficción
Hasta qué punto son ficciones y no en términos shurtzianos tipos ideales de los hombres del mercado los evocados por las demás habitaciones?, esta pregunta sencilla, que remite a un concepto de Max Weber, es decir, a los tipos ideales basados en personas reales que cada habitación abstrae, encierra ella misma lo que homologa la habitación autoreferencial con las demás habitaciones sobre los mercados,
Las demás habitaciones de la obra hablan de tipos ideales de los hombres del mercado en dos formas simultáneamente, la primera, recreando como una puesta en escena visual sus ambientes de venta y vida en el mercado, es decir, por cada tipo ideal una habitación: los hierbateros (su habitación), los quincalleros (su habitación), los merolicos o buhoneros (su habitación que es a su vez pacillo de entrada), los vendedores ambulantes y pregoneros (su habitación que es a su vez el pacillo de salida) y la segunda, intercalando en cada una de esas habitaciones según su tipo ideal, fotografías tanto de esos tipos de sitios y espacios en el mercado como ellos son en sí mismos, como fotografías mías y de Fernando en el trabajo de campo intercambiando con ellos y entre ellos en distintos modos. Esto último, sin embargo, en cada habitación, las fotografías, está subordinado a la recreación que se hace del mundo de los hombres del mercado en cada tipo ideal
en esta habitación autoreferencial el acento y el primer plano se invierte, lejos de centrarse en los hombres del mercado, hace lo contrario se centra en mí y en Fernando en el trabajo de campo y en la obra como su puesta en escena para supeditar entonces las referencias al mercado de allí a ese objetivo,
Las habitaciones son elaboraciones tipos ideales sobre los distintos hombres del mercado basadas en el trabajo de campo con individuos y personas reales, pero ellas no literalizan a ninguna persona concreta, en la misma forma en que atraves de la fotografía se van relacionando estos ambientes tipos con las escenas en que estamos en el mercado con personas reales, la habitación que evoca el mundo de los hierbateros, por ejemplo, y fotografías por otro lado de nosotros intercambiando con los hierbateros y hablando con ellos donde mismo venden, aunque la habitación no literaliza a un hierbatero concreto, es obvio que se refiere al material visto en las imágenes, ello, sumado al hecho, de que con bastante precisión, cada una de las habitaciones, si nos remite a settings concretos de los hombres del mercado
En ese mismo modo la habitación autoreferencial de la obra cronotropos pone en relacion, el material visual, teórico y descriptivo de mí y Fernando en el trabajo de campo y haciendo la obra, por un lado, y un material teórico y visual que hice en el que a la vez que teorizo la representación y la evocación, discuto la antropología y la etnografía en la forma de un tipo ideal de etnógrafo que se abstrae o deduce de lo que la obra misma ha discutido el cual soy yo, Abdel Hernandez San Juan, pero puede ser también cualquier tipo ideal o idea tipo, de ahí que se incluye en la habitación, dado lo antes dicho, la recreación de un ambiente que llame la oficina del etnógrafo que es una referencia non ficción o no ficcional
Es decir, la obra de por sí incluye, además del texto inicial escrito por mí, pieza literaria de antropología y etnografía, un despliegue continuo de fotografías en las que estoy yo Abdel Hernandez San Juan, su autor, en el mercado con los vendedores, incluye además fotografías de mi escribiendo dentro de la obra mientras la hacíamos, sobre lo que vivía en el trabajo de campo.
Se trata simplemente de una habitación que llame cronotropos en la cual ofrecía una metareflexion de la obra sobre la obra, es decir, de una habitación autoreferencial al tema de la observación en la cual en vez de ofrecer imágenes de la cultura, estaban dispuestos como en un inventario y una colección museografiada, como en el museo de antropología y etnografía, las imágenes del observador, este último, en vez de un observador dotado de una posición continua, fija y distante según la cual se podía distinguir acá el sujeto de la observación, allá sus objetos observados, devenía vitrinizado y transformado en objeto de la atención.
Se trata pues de mi concepto del observador observado que yo había concluido del análisis de lo que ocurre con cualquier observador en los mercados, pero aplicado esta vez a la forma de la observación participante practicada por mí y Fernando en el trabajo de campo, es por ello que en esa parte de la obra, en la cual por lo demás era donde se desplegaban mis párrafos sobre los conceptos de representación y evocación, se desplegaba adicionalmente la puesta en escena de una especie de setting de un concepto de etnógrafo como el concepto del etnógrafo quedaba después de esta crítica o según lo que ocurría al concepto de la etnografía y del etnógrafo una vez discutido con The Market from Here.
No era ficcionalizar al etnógrafo era simplemente, como hace Geertz cuando dedica extensas cuartillas a reflexionar sobre cómo debe ser el etnógrafo que en ese momento puede ser el mismo pero puede ser cualquiera cuando habla por ejemplo, discutiendo la escritura etnográfica sobre el cómo sonar a la vez como un peregrino y un cartógrafo, o el cómo lidiar entre algo que tiene que ser a la vez biografía, literatura y ciencia, en ese modo se trataba de dedicar una parte de la obra a imaginar cómo sería el etnógrafo o la idea de etnografía que resultaba de una crítica como la que, alrededor del tema de los mercados, The Market from Here proponía como puesta en escena y etnografía experimental.
La problemática misma de la crítica del observador y su disolución en la polifonía carnavalesca del mercado, había sido el resultado de las conclusiones de mi trabajo de campo previo solo lo cual era recogido en el texto de catálogo e introductorio de la obra, pero aquel trabajo de campo previo no es el que sería puesto en escena visualmente dentro en la obra por ello es solo su catálogo y su introducción, habría servido debido a ser yo mismo en un nuevo momento de una investigación anterior y sus conclusiones hacían posible The Market from Here, pero el trabajo de campo que sería textualizado dentro de the Market from Here a nivel visual sería uno nuevo y especifico realizado exclusivamente para The Market from Here ese, como decía, consistió en tres meses de visitas y recorridos por los mercados los cuales los comencé al mismo tiempo en que comenzaba a componer la obra en los espacios exteriores de la quinta fuente ovejuna con Elaiza y Fernando.
Es pues ese nuevo momento del trabajo de campo realizado por mí con Elaiza y Fernando el que dio como resultado los ambientes que exploramos en la obra alrededor de distintos tipos o formas de la vida de los hombres del mercado respecto a lo cual el concepto que mejor se relaciona es, como decía antes, el concepto de tipo ideal en el modo en que se da en Alfred Shurt proveniente inicialmente de Max Weber, es decir, si dimos con esas cuatro modalidades del hombre del mercado o de los hombres del mercado es precisamente porque en algún modo las mismas pueden considerarse tipos ideales de los hombres del mercado y este sería el más significativo resultado de esos tres meses de trabajo de campo.
Cabría preguntarse si habrían además de estos cuatro tipos ideales de hombres del mercado, alguno o algunos tipos ideales mas no discutidos en la obra, pero en caso de haberlos, que de seguro los hay y unos cuantos más, sería un trabajo de campo nuevo que habría que realizar, estos cuatro quedarían para siempre como tipos ideales de los hombres del mercado, quizás se puedan agregar otros o descubrir matices entre ellos, pero estos cuatro son principales
estos settings del nuevo trabajo de campo, están englobados en la obra en su conjunto a nivel teórico de antropología y etnografía, por las Conclusiones de mi trabajo de campo anterior recogido no solo en el catálogo de la obra y su introducción espacial, sino también desplegado como su circuito textual museográfico presente en el modo de textos en blanco sobre negro montados en madera e impresos en tipografías de computador desde su entrada hasta su salida
Usualmente tanto el escenógrafo como el productor teatral reciben un texto llamado libreto o guion que les suministra el director en base al cual consiguen los objetos, materiales, vestuarios, elementos de producción, recursos, etc., necesitados para hacer la puesta en escena escenográfica, el vestuario, el maquillaje y la iluminación.
Esta vez ese texto que recibían, al no tratarse de una obra de teatro, sino de una obra de antropología y etnografía, era mi ensayo que he discutido antes sobre los mercados desde el siglo XV hasta la actualidad, su visualidad, el punto de vista en ellos, la crítica de la observación resultante de ese research y sobre antropología con todo lo que el texto adelantaba y nutria respecto a los mercados mismos, pero lejos de simplemente llevar este texto de forma mecánica a lo visual, el reto era que la puesta en escena visual guiada por ese texto, tendría que poner en escena un trabajo de campo nuevo el cual se desarrollaría a la vez y simultáneamente en que componíamos la obra, puesta en escena en la cual el trabajo escenográfico y de producción teatral no estarían solos sino relacionados a e intrínsecamente imbricados con elementos de museografía, instalación y fotografía.
El hecho de que Elaiza, Productora de Teatro, y Fernando, Escenógrafo para el teatro y diseñador de interiores, estuvieran conmigo por un lado visitando los mercados y por el otro haciendo la obra, imprimía a esos tres meses una nueva característica, teorizar como leer antropológicamente tanto a un productor de teatro como a un escenógrafo, no era algo que necesitaba hacer solo porque ambos estuvieran esta vez en el trabajo de campo conmigo, sino también porque en términos de la misma problemática de cómo experimentar la representación cultural y etnográfica de los mercados y de su cultura, la obra se realizaba ahora en la conjunción de nuestros expertises
por este motivo, el expertises de escenógrafo de Fernando, era una de las herramientas con las cuales y de las cuales disponíamos para resolver la diatriba de cómo evocar en vez de representar o de cómo representar en modo más evocativo dado además el hecho, de que la obra no solo ofrecía una visión de los mercados y de su cultura sino también al mismo tiempo de la etnografía en ellos.
De lo anterior se derivó que comenzara a analizar cómo entender y ver antropológicamente y etnográficamente una escenografía a la vez que analizar la forma en que usualmente trabajan un escenógrafo y una productora teatral daba una nueva característica al modo en que nos relacionábamos en los mercados
Lo anterior no significa que no surta un interés en sí mismo una vez traído al primero plano el hecho de que una escenografía pueda leerse y entenderse antropológicamente no solo en términos de la escenografía física concreta sino del trabajo de pesquisa y recolección que el escenógrafo tiene que hacer y que en este sentido no estuviera implícita a la labor que desarrollaba Fernando antes de trabajar conmigo en esta obra, esa dimensión antropológica, los textos escritos por Fernando dan constancia de que se trata de una conclusión asertiva, me refiero a los primeros que cite en mi ensayo sobre el ojo como paradigma omitido de la obra posmoderna cuando discutí la interrelación de instalación y escenografía en la obra y cite dentro de ello largos párrafos de Fernando hablando de sus escenografías para el teatro,
pero si Fernando comenzó a inmersionarse conmigo en esa posible dimensión antropológica de la experiencia escenográfica, fue en gran medida porque el trabajo en equipo durante el proceso de discutir cómo sería la obra y sus aspectos teóricos, era un modo de participar en una investigación que yo traía y desde ese momento comenzar el a ser parte de esa investigación y a reflexionar que aspectos en ella resultaban de mayor interés para definir sus propios intereses y hacia donde se encaminaría desde el trabajo que hacia participando en mi investigación hacia la definición de que aspectos entonces darían especificidad a la suya, su texto más reciente de la escenografía como etnografía, es un ejemplo bien logrado de la forma que ha ido adquiriendo esa parte suya centrada en una voz autobiográfica debido a la significación que estos mercados venezolanos tenían en su vida desde pequeño.
Es mi propia concepción del trabajo de campo la que transforma por un lado la lectura de la labor del escenógrafo y de la productora teatral en sentido antropológico, como también la que permite luego dados sus expertises en la relacion trabajo de campo-obra echar a discutir sus expertises en términos de antropología
Por otro lado the Market from Here como practica de antropología estaba planteando una innovación a la cuestión de los modos previos en que se habían experimentado los displays de medias en la antropología, siendo de por si lo usual el uso del film, el video o la fotografía en antropología, por un lado, y por el otro, las museografías antropológicas y etnográficas en el museo de antropología y etnografía, con The Market from Here; Mise in Scene and Experimental Etnography estaba proponiendo que esa puesta en escena como en el museo de antropología se desarrollara en la forma de una escenificación que se expone fuera del museo la cual por lo demás dado también su trabajo de campo y su problemática de research de los mercados, sería, en la relacion entre yo como el antropólogo y los mercados, una forma visual y espacial a la vez de museo fuera del lugar, el museo afuera del museo, y de mercado fuera del lugar, el mercado fuera del mercado, hecho que en términos de medias, la definía como una modalidad nueva que conjugaba los recursos visuales de la instalación con la escenografía, la producción teatral y la fotografía una obra que a la postre en términos genéricos dentro de la antropología y la etnografía sería en cualquier variante nunca más que una forma de monografía debido el carácter monográfico de su tema.
Ahora bien, lo anterior requiere de nuevo, igual que ocurre en el catálogo y en la introducción o vestíbulo volver sobre mi trabajo de campo anterior ya que la relacion museo-mercado correspondía con mi investigación previa solo anterior a the Market from Here la cual no fue propiamente la que se tematizo con la obra pero la cual de nuevo, como el texto principal, la hacía posible y de ella en algún modo la obra nacía. Es decir que la problemática misma de cómo teorizar la relacion entre el museo y el mercado, trabajada por mí a lo largo de varios ensayos que había escrito desde 1994 uno de los temas decisivos en mi trabajo de campo anterior también resulto crucial para concebir The Market from Here
de este modo, el procedimiento antropológico principal de The Market from Here como etnografía experimental se explica de la siguiente forma
Escritura mía de un ensayo antropológico y etnográfico resultado de mi trabajo de campo anterior y previo solo
Disposición de este ensayo etnográfico sobre mi trabajo de campo previo solo como el texto principal que guiaría la problemática teórica y conceptual sobre el punto de vista, sobre la observación, sobre la polifonía en los mercados, en el cual se basaría entonces the Market from Here
Inicio en base a este texto de la composición The Market from Here como una puesta en escena y una composición visual a través de la invitación de un escenógrafo y una productora teatral a trabajar conmigo en su realización
Inicio para la realización de esta nueva puesta en escena visual de un periodo nuevo de tres meses en los cuales Fernando y Elaiza, con la intensión de componer la obra, irían conmigo a los mercados conformando con ello un periodo nuevo de trabajo de campo en el que ahora seriamos tres lo cual conformaría de por si visitas y recorridos por los mercados, diálogos e intercambios con los vendedores, colecciones de objetos y artefactos y lo cual sería a nivel visual aquello que en the Marker from Here se textualizaria y se pondría en escena visualmente
Composición del todo compositivo de la puesta en escena visual como una puesta en escena teórica y literariamente basada en la escritura antropológica de mi ensayo etnográfico sobre mi trabajo de campo previo solo, pero que textualizaria y pondría en escena visualmente el nuevo periodo de trabajo de campo desarrollado entre los tres desde que comenzamos a realizar la obra.
La conclusión de los tres meses de trabajo de campo para the market from here es entonces la siguiente, sobre lo cual ampliare más adelante
Los hombres del mercado en tipos ideales
El buhonero o merolico: características del buhonero o merolico
El Hierbatero o Vendedor de yerbas medicinales y lociones para el cuerpo y estampillas religiosas, ungüentos y sustancias: características del El Hierbatero o Vendedor de yerbas medicinales
El quincallero, vendedor de artículos para el cuerpo o alrededor del cuerpo y furnitures: características del quincallero
El vendedor ambulante y pregonero: características del vendedor ambulante
además de ser venezolanos y de sus experiencias de vida en los mercados como parte de sus propias biografías desde la niñez algo explícito en el texto de Fernando, los expertises de ambos, Fernando y Elaiza, se conjugaban conmigo allí en los mercados, en la forma de relacionarnos a los vendedores, en los modos de los engagements, mientras antes en mi trabajo de campo solo andaba reuniéndome con directivos del mercado mayorista, visitando y recorriendo solo los mercados y me la pasaba de museo en museo buscando material visual en colecciones, revisando hemerotecas, revisando fototecas, consultando libros de la literatura sobre los mercados, etc, ahora me encontraba dialogando con vendedores no ya para que me hablaran del mercado, sino para que me (nos) dieran una mesa o me (nos) explicaran como habían hecho un objeto, o porque teníamos que hacer un ambiente sobre ellos y sus vidas en el mercado y necesitábamos su ayuda o sus sugerencias, o porque queríamos determinados frascos, botellas o imágenes y querríamos las suyas, o querríamos hacer un mueble semejante al suyo, nuevos elementos de producción teatral, conseguir un mueble de un determinado tipo para una puesta en escena visual sobre el mercado, recolectar un determinado tipo de estampillas para una escenografía, recolectar determinadas figuras de yeso, mediaban ahora el modo de la relacion directa allí en los mercados.
No debe tampoco olvidarse que hay una instancia que si bien nueva en este periodo de tres meses se ubicó entre mi trabajo de campo previo y el nuevo, ya que ella de por si ilustra mi texto del trabajo de campo previo solo a la vez que también se despliega hacia los settings del trabajo de campo con Fernando y Elaiza que es aquí el modo como hice y concebí que entrara el trabajo fotográfico sobre los mercados en la obra.
Este trabajo fotográfico lo realizo, bajo mi dirección teórica de antropología y bajo mi dirección como compositor y autor, escuchando mis explicaciones sobre lo que quería, leyendo mi ensayo antropológico etnográfico sobre mi trabajo de campo anterior que guiaría la obra, participando como oyente en los diálogos entre yo, Fernando y Elaiza, y participando por otro lado, en ese nuevo periodo de recorridos por los mercados conmigo, Fernando y Elaiza, ebel González, un fotógrafo que había muchos años antes trabajado conmigo en un trabajo sobre los punks y que viviendo en ese entonces en Venezuela se dispuso a ofrecerme su cámara a mi dirección exclusivamente de los mercados que recorríamos.
De hecho, esta sintaxis, que a nivel del orden lógico de la composición en su conjunto, conecta lo propiamente fotográfico como una instancia que se movería entre mi texto inicial relativo al trabajo de campo previo solo y la puesta en escena y textualizacion visual del trabajo de campo que iniciábamos con The market from Here, se hace explicita no solo en que el texto ensayo catalogo está ilustrado con fotografías también en el vestíbulo sino que es a lo largo de ella, también, su texto museográfico, es decir, el texto que a lo largo del circuito de entrada y salida de la obra, se mantenía corriendo como su única y su principal, a excepción de los textos de la habitación cronotropos, forma textual desplegada en relacion continua primero con las fotografías a las cuales se relacionaba ya desde el entrada y luego, como texto puesto en escena, con los settings visuales o pequeñas puestas en escenas en que como ambientes the Market from here textualizaba entonces su nueva escena de campo, también con fotografías
la habitación sobre los hierbateros, vendedores de hierbas medicinales no solo fue una conjunción de museografía, instalación y escenografía, también incluyo como decía fotografías que tomamos entre ellos, la habitación de los quincalleros, vendedores de manillas y artículos para el cuerpo, no solo fue una conjunción de museografía, instalación y escenografía, también incluyo fotografías que tomamos entre ellos, la habitación o hall de los vendedores ambulantes, que venden moviéndose no solo fue una conjunción de museografía, instalación y escenografía, también incluyo fotografías que tomamos entre ellos, y la habitación o hall inicial de los vendedores llamados buhoneros o merolicos, que se despliegan en el piso en settings en los cuales a veces duermen, no solo fue una conjunción de museografía, instalación y escenografía, también incluyo fotografías que tomamos entre ellos,
sin olvidar con ello la habitación cronotropos que discutía antes pone en escena y textualiza visualmente el proceso en que hacíamos la obra en quinta fuente ovejuna, la que nos incluía a nosotros con ellos en los mercados y la que incluía entonces el museografiar etnográfico del observador, vitrinizacion de objetos ópticos, lugar para mirar desde distintos telescopios desde allí a distintos puntos de la obra, vitrinas, el despliegue de mis textos teóricos sobre representación y evocación, y el setting conceptual sobre la etnografía o el etnógrafo que esta habitación en su conjunto tematiza en referencia a mí y a Fernando, pero también a cualquier etnógrafo o a la idea misma del etnógrafo.
Yo había escrito unos ensayos de semiótica de la escenografía durante varias visitas que había hecho con Elaiza al teatro el paraíso para discutir en esos ensayos escenografías de calzadilla. Este esfuerzo previo traía de por si una investigación sobre la ideología del expertises de la escenografía que yo venía desarrollando desde por lo menos un año antes de invitarlos a trabajar en esa obra.
La investigación sobre ideología de la escenografía sobre la cual estaba puesta mi atención en aquellos ensayos, era similar a otras investigaciones mías sobre relaciones entre lo que se considera alto arte o bellas artes y lo que son considerados artes menores o artes secundarios o artes subordinadas, el objetivo de aquellos textos era como teorizar una escenografía como algo en sí mismo sacándola de o separándola en lo posible de aquella obra de teatro concreta para la cual había servido de vehículo visual o escénico visual.
Aunque en aquellos ensayos iniciales aun no ponía el acento en discutir cómo una escenografía vista como algo en si separado de la obra teatral en la cual es puesta en escena y a la cual está supeditada y subordinada, se puede analizar antropológicamente, si fueron la base para entonces analizando su modo especifico de participar conmigo en el trabajo de campo analizar cómo podría ser entendida antropológicamente la escenografía y la producción teatral, de allí que concibiera mi concepto de entender el trabajo escenográfico en sentido antropológico que discutí en mi ensayo el escenógrafo como etnógrafo escrito en Houston en 1998, de igual forma, analice y teorice como debería entenderse antropológicamente el trabajo de una productora teatral
A partir de estas teorizaciones sobre cómo discutir y entender el expertise de mis invitados antropológicamente decidí que al concebir este display especifico pondría en relacion mi concepto antropológico de puesta en escena del trabajo de campo, que se remite exclusivamente a lo que Clifford Geertz llama autoubicaciones del trabajo de campo en la obra de antropología como composición textual, concepto de puesta en escena antropológico, su relacion única al fenómeno del traer al texto la experiencia, de inscribir lo vivido, de textualizar el trabajo de campo y la relacion de uno con la cultura, con el concepto de puesta en escena como se entiende en el teatro.
Dado que tenía que autoubicarme respecto a estos tres meses de trabajo de campo en la puesta en escena antropológica que crearía con el modo textual que exploraría, esta vez a diferencia de la escritura, el ensayo o el libro, un display visual y espacial, haría esa puesta en escena textual del trabajo de campo de esos tres meses en conjunto con un escenógrafo quien usualmente pone en escena no su propio trabajo de campo pero si el texto o guion que le suministra el director de una obra teatral, texto usualmente de ficción en el cual consiste la obra y respecto al cual el escenógrafo tiene que guiarse para poder decidir cómo hacer la escenografía, como diseñar el vestuario y como decidir la iluminación, y haría esa puesta en escena de mi trabajo de campo en conjunto con una productora teatral quien usualmente, al igual que el escenógrafo trabaja para puestas en escenas teatrales a las cuales debe suministrar los utensilios, los objetos, los materiales del emplazamiento material y espacial relacionados con el vestuario, la ambientación, el diseño interior y la iluminación de la obra teatral.
Al poner en relacion el concepto de puesta en escena del trabajo de campo con aquel concepto de puesta en escena como usualmente se entiende en el teatro se encontraban en mi experimentación dos conceptos de puestas en escena, uno antropológico, el mío, que se refiere a poner en escena una investigación real en la cultura y en la realidad en un texto que se refiere a la vida real no al teatro y a su ficción, otro el de Fernando y Elaiza, el cual, teatral, se refiere usualmente a la puesta en escena de un texto de ficción.
Este hecho me resulto extremadamente interesante para la experimentación, el cómo poner en relacion dos conceptos de puesta en escena, uno antropológico y otro teatral.
Ambos conceptos tienen en común un elemento primordial, los dos se refieren a la relacion entre un texto y su puesta en escena
en el primero la puesta en escena se hace en el texto, es decir, el texto en que consiste la obra de antropología es el mismo la puesta en escena del trabajo de campo en una forma textual, en el segundo se trabaja a la inversa, se tiene un texto escrito el cual es llevado a la escena en el sentido de que es traducido a su expresión visual y espacial.
En el primero se trata de poner en la escena del texto la escena del trabajo de campo como una estrategia discursiva y textual, se da una relacion entre dos formas textuales, textos que se van escribiendo durante el trabajo de campo que forman parte de aquel o material colectado del mismo que lo inscribe o en el cual el trabajo de campo va adquiriendo expresiones inscritas, y la obra de antropología que respecto a ello se realiza la cual consiste ella en un texto el único en el cual se pone entonces en la escena de la escritura o en la escena de ese texto-display el trabajo de campo, en el segundo, el teatral, se tiene un texto que usualmente funciona como un guion o como un libreto el cual será la obra teatral una vez sea hecha la cual consistirá en llevar a una expresión visual y espacial aquel texto escrito.
Ahora bien, escenógrafo y productora teatral no estaban aquí conmigo recorriendo los mercados para luego irse a poner en la escena de una escenografía una obra de teatro respecto a la cual yo les suministraba un texto de ficción que es el que debían poner en escena, sino que ambos estaban conmigo recorriendo mercados como una forma de trabajo de campo respecto al cual el display que elaborábamos, la obra de antropología en cuestión sería su forma de puesta en escena textual.
No tenían aquí el escenógrafo y la productora teatral el guion de una obra de ficción que sería llevada a la escena en el teatro para la cual ellos harían la escenografía y la producción de su expresión visual, objetivo para el cual iban a los mercados a reunir objetos, utensilios y elementos destinados a la ficción de una obra de teatro, sino que los mismos sitios y lugares que recorríamos buscando en ellos objetos, muebles, modos de confeccionar cosas, vestuarios, ambientes, iluminación, tipos de iconos, estampillas, frascos, eran el objetivo de atención en ambas formas como trabajo de campo y luego porque sobre ellos y los mercados versaría la obra como despliegue de una representación cultural evocada.
Es a la relacion entre estos dos conceptos de puesta en escena, el segundo diluido a la finalidad del primero pero al mismo tiempo por ese mismo motivo volviendo para esa obra concreta al escenógrafo y a la productora teatral en participantes en mi trabajo de campo iniciando ambos asi a ser conmigo para esa obra trabajadores de campo, a lo que llame luego en el título de mi obra display The Market from Here: su subtitulo de Mise in Scene (puesta en escena) and experimental Ethnography.
esto tiene dos implicaciones teóricas y empíricas, desde mi punto de vista al encontrarme experimentando tres meses de un momento nuevo dentro de un trabajo de campo anterior y más amplio, el trabajar con el expertise del escenógrafo y de la productora teatral tiene consecuencias interesantes en la teorización del trabajo de campo
El concepto de puesta en escena, no solo lo concebí aquí relacionando la puesta en escena entendida como autoubicacion de mí mismo como usualmente hago en mis libros teóricos de escritura en el sentido que refería en Geertz de las estrategias textuales del discurso escrito, con la relacion entre el texto y su puesta en escena en el teatro, sino que también experimentaría una tercera acepción relacionada también a mi trabajo de campo previo solo pues como resultado de aquel yo había teorizado no solo que los mercados eran polifónicos y formas carnavalescas de cuyo research salió mi teoría de una deconstrucción de la relacion observador observado según investigue y estudie como se da ello en los trueques del mercado, no solo la cuestión de la relacion entre el museo y el mercado, sino también que los mercados son ellos mismos puestas en escena ceremoniales y rituales y esta tercera acepción es central para entender cómo y porque en The Market from Here; Mise in Scene and Experimental Ethnography propongo una relacion entre el display del museo fuera del museo y los displays del mercado entendidos como puestas en escena fuera del mercado pues en un sentido significativo the Market from Here sería una mise in scene de trabajo de campo precisamente por esto, porque se trataba de poner en escena un trabajo de campo relacionando tres conceptos de puestas en escena que transformaban la puesta en escena de la obra ella misma en la continuidad de un trabajo de campo ilimitado concepto teórico que propuse y discutí en mi ensayo de antropología y etnografía teórica The Eclipse of Evocation.
Si bien esta tercera acepción continua siendo en tanto obra sobre los mercados hasta un cierto punto aun representacional sobre su tema de research en la obra concreta y si bien el mundo de los hombres del mercado es evocado por la obra sin suponer por ello que los vendedores o los hombres del mercado estuvieren en ella, la relacion entre los tres conceptos de puesta en escena, el antropológico, el teatral y finalmente aquel que discute a los mercados mismos como puestas en escena, si hace del momento de la presentación del display una elicitacion ella misma antropológico-cultural que deviene entonces ella en continuidad del trabajo de campo, esta idea de continuidad del trabajo de campo, sin embargo, para nada significa que el trabajo de campo de The Market from here exceda a sus límites físicos pues es necesario agregar como he dicho en otra parte, que al igual que en el display del museo dentro del museo y al igual que en el display del film este también tiene una limitación física circunscrita a los límites físicos de la obra,
a pesar de ello, en la dimensión de su evocación, ese museo fuera del museo y ese mercado fuera del mercado, si evocan y sugieren la posibilidad de una elicitacion antropológico cultural de trabajo de campo, el mercado como puesta en escena en la medida en que, como dije en otra parte, es central en el trabajo de campo que yo había hecho antes la relacion entre un mercado de acá y un mercado de allá, uno de aquí y uno de allí, la relativización de estas relaciones y las preguntas respecto a si son dos mercados o es un solo mercado, aunque sugerido por la evocación y limitado al display físico de esa obra no deja de ser en lo que respecte a la discusión de esa obra como display física una especificidad del modo como se da en ella el trabajo de campo.
Debemos también decir que tenemos aquí en la obra en una sola habitación, la de los hierbateros, si bien la imagen de la virgen Maria la expusimos dos veces más una en la entrada de la habitación cronotropos y la otra en el ambiente del buhonero, una conjunción en la que pusimos juntos las cosas propias al vendedor de hierbas, cocimientos, ungüentos, etc, con cosas propias a la venta de estampillas e imágenes religiosas cuando no siempre estos dos tipos de vendedores están juntos en el mercado aunque si por lo general en un área cercana o próxima, y si bien se da a veces el caso de que algunos hierbateros tienden a vender también imágenes religiosas no ocurre todo el tiempo.
Es preciso pues reparar aquí respecto a este tipo ideal del hombre del mercado que la imagen tipo del hierbatero puede oscilar entre el vendedor farmacéutico más relacionado a una visión médica, la imagen del vendedor de plantas medicinales como tés y cocimientos relacionado a una sabiduría del argot popular propio a tradiciones locales sobre los efectos de determinadas sustancias para el bien puramente físico y corporal, donde el acompañamiento de las mismas con imágenes religiosas como estampillas y figuras de yeso está relacionado a lo que es popularmente reconocido como remedios caseros, un sentido de lo espiritual en términos religiosos.
Esta relacion pues en algunos hierbateros entre sanación corporal y espiritualidad religiosa puede sugerir la imagen del cuerpo que tenemos en la india y en el Asia, en la visión por ejemplo japonesa y oriental del cuerpo y podría relacionar sanación física y religiosa sugiriendo la imagen del curandero, pero en los mercados venezolanos, al menos en aquellos urbanos en los que nosotros hicimos trabajo de campo ninguno de esos vendedores de hierbas puede considerarse propiamente curandero, ninguno practica la consejería espiritual ni la adivinación por medio de algún oráculo o procedimiento establecido en una religión primitiva o forma de magia,
Este fenómeno que si he estudiado yo en mis trabajos de campo anteriores, no se daba de ese modo en los hombres del mercado venezolano que venden cosas para el cuerpo, estos, que son vendedores, remiten a los clientes y compradores de sus productos a una religiosidad cristiana en su generalidad venden imágenes de la virgen Maria, de cristo y de imaginerías sincréticas venezolanas junto a y a la misma vez en que en el mismo establecimiento venden ungüentos para el cuerpo, cocimientos y preparados líquidos, hierbas medicinales, frascos con esencias, estas imaginerías sincréticas no llegan a conformar como en la religión africana dioses politeicos, sino que funcionan como santos supeditados al monoteísmo cristiano.
La cuestión de la relacion entre monoteísmo y politeísmo la he discutido antes en varias ocasiones, en las religiones africanas la apropiación de imágenes de la religión cristiana tiende a venerar un dios politeico africano dentro de la misma imagen de un dios monoteico cristiano, el dios politeico africano está bajo otro nombre aceptado por el cristianismo, como un santo del dios monoteico cristiano según la iglesia autoriza a ese santo bajo el cual los afrocristianos logran entonces conciliar venerar a su dios perteneciente a su cosmovisión politeica venerando la monoteica cristiana pero en su procedencia ese dios forma parte de un panteón africano en el que hay muchos dioses es decir un panteón politeico.
Es el primer caso analizado lo que se da en los hombres del mercado, ellos venden imágenes de la religión cristiana a través de la cual determinadas imágenes de la religiosidad popular han sido asumidas como santos dentro de la religión cristiana si bien, es preciso decirlo respecto a los dos casos incluidos en The Market from Here ni negro primero ni José Gregorio Hernandez son oficiales, como podría serlo Maria teresa de Calcuta, ambos son solo venerados con gran alcance y ampliamente reconocidos en la cultura popular venezolana, y si bien en Venezuela tenemos fuertes tradiciones indias como aquellas del páramo en que resuena la cultura andina expresada en una rica cestería, una rica y muy elaborada bella cerámica y toda una amplia variedad de tejidos debemos aceptar que esa riqueza de la cultura andina y de sus mercados, que si fue de mi atención individual en mi trabajo de campo solo previo, como lo fue también hacia los mercados de Freeway en los cuales se despliegan el cacao y el casabe, los mercados de carreteras entre caracas y Anzoátegui y entre caracas y Mérida, no estaba presente en los mercados urbanos a los cuales dedicamos The Market from Here en la forma iconográfica y visual de objetos, impresos reproducidos o elaboraciones más que por el hecho de que la propia composición multiétnica de las personas que se dan cita en los mercados como vendedores y compradores pudiera suponer algunos aspectos de estos sincretismos en el nivel de la cultura venezolana en general
Además de la cultura andina antes referida con sus mercados y de los mercados de Freeway Venezuela tiene una amplia y muy rica cultura indígena que llega a su forma más tribal en la cultura de los indios Yanomamis en el área de la gran sabana y del amazonas. Los Yanomamis son una de las tribus y culturas indígenas tribales más currents y vivas que puedan conocerse en la memoria visual y actual de un país moderno y contemporáneo como Venezuela cosmopolita e incorporado en aquel entonces con sus mercados al sistema financiero mundial de la economía y las tecnologías transnacionales de punta con lo cual me refiero al hecho de que Venezuela no ve a sus tribus indígenas como separadas de la cultura del país, no se trata, como los aborígenes en el caribe o como las culturas antiguas de México y el Perú, los mayas y los incas, o como en el pasado arcaico representado por los museos de arqueología sobre el mundo precolombino y mesoamericano de culturas extinguidas de las cuales solo quedan residuos o vestigios en la cultura actual de los mexicanos, se trata de los rituales, ceremonias y formas de habitad corporal y ambiental de una tribu actual que habita con sus comunidades independientes y autónomas las sabanas colindantes con la selva amazónica
Venezuela esta y vive, y asi fue durante todo el periodo neoliberal capitalista, orgullosa de sus tribus yanomamis las cuales son continuamente visitadas a través de documentales y films por los mass medias a las vez que sobre las cuales existen continuamente catálogos y material visual, estas tribus que viven un por cierto de su tiempo en los espacios de sus comunidades semidesnudas –lo cual prepondera en las imágenes de sus cuerpos y de su habitad--y otra parte vestidas pues practican el tejido y la cestería, caracterizadas sobre todo porque practican una pintura ritual del cuerpo y del rostro muy elaborada y sofisticada en color y en motivos visuales, es decir, que viven con sus caras y sus torsos pintados, son comunidades fuertes muy bien establecidas en bellas y amplias áreas naturales definidas como sabanas semiselvaticas es decir próximas a la selva pero no internadas en aquellas con sistemas de viviendas y amahacas las cuales podrían dejar de vivir asi si lo quisieran y no son vistas, ni sentidas ni vividas como otros o como primitivos salvajes, sino como comunidades autónomas e independientes libres y fuertes muy autocentradas que son de hecho parte de la cultura venezolana, que llevan ese estilo y esa forma de vida porque asi lo quieren y por lo cual son profundamente respetados y admirados
La presencia de estos resortes de cultura indígena mucho más obvia en los mercados de Freeway donde se vende el casabe y la cachapa que son alimentos indígenas o en el páramo donde se vende directamente la artesanía, la cerámica y el tejido andino indígena, sin embargo, no es explicita en términos iconográficos y visuales en estos mercados urbanos quedando solo remitida en lo referente a los nombres de ciertas cosas en los que perviven o están presentes palabras y nomenclaturas indígenas tales como, por ejemplo, carapacho de cachicamo, la palabra cachicamo es una forma indígena de decirse a la tortuga, cuando de hecho las encontramos en los mercados y la incluimos en la obra en la habitación de los hierbateros, o la palabra chimo que es una acepción indígena para el tabaco la cual también incluimos en la obra,
es en este sentido, más relativo al nombre de ciertos objetos y de ciertos alimentos cuya escritura y fonología es directamente indígena en unos casos, o cuya procedencia lo es como aquella por ejemplo de los alimentos elaborados con maíz como la cachapa y el casabe, que podemos decir que, dentro de una obra, cuyas imágenes de la religión son, como representaciones del mercado en que prepondera el cristianismo, iconografías cristianas o sincréticas aspirando a ser santificadas por el cristianismo, tenemos referencias al mundo indígena venezolano
Los niveles de religiosidad presentes en aquellos mercados urbanos textualizados visualmente en The Market from Here no incluyen ciertamente referentes visuales e iconográficos referenciales a la imaginaria y el discurso visual de vestuarios, cesterías, alfarería, tejidos de las culturas indígenas del páramo andinas ni de los Yanomamis en un modo directo, pero la presencia de aquellos parece más bien diluida como en el resto de Venezuela a un sincretismo expresado en la nomenclatura fonética y escritural del nombre de ciertos ungüentos, objetos y elementos, algo que es parte en cualquier forma de la cultura general del país, un país que incluye desiertos, llanos, montaña, sabanas y selva amazónica, son antes bien los referentes iconográficos del cristianismo los que resultan recurrentes en estos mercados,
como este hierbatero aparece en los mercados ciertamente remite en algo como decía a conjunciones suigeneris entre el farmaceuta, el medico hierbatero dedicado a los remedios caseros y populares para el cuerpo y una mística religiosa cristiana en la que se conjugan como en la india y Asia cierta idea de la salud corporal con cierta idea de la salud espiritual en el sentido religioso de un cristianismo que va dando progresivamente entrada a ciertas expresiones sincréticas
José Gregorio Hernandez, como esos mismos tipos de vendedores viene a ser un tipo de medico blanco que la cultura popular quiere santificar, su imagen es la de un médico santo y negro primero viene a ser la imagen de la posibilidad de un santo negro, este santo negro, por cierto no es un mulato o un mestizo, no es una expresión creolizada de una conjunción de indio con blanco o de negro con blanco o de un tipo de mulato, es un negro carbón como los negros haitianos negro azabache pero cuya imagen ha llegado a conformar un busto y la imagen de un santo que la cultura popular quiere que la iglesia cristina reconozca y acepte como acepto en el panteón cristiano oficial de la iglesia a Maria Teresa de Calcuta.
Es por lo anterior que he explicado varias veces que The Market from Here: Mise in Scene and Experimental Etnography es una obra que se mantiene dentro de los parámetros de una antropología cultural del mercado y que a lo sumo si se le viera en el sentido de la antropología de la religión, no pasaría de ser una antropología del cristianismo como está la tenemos por ejemplo en Max Weber además de que, las referencias a las liturgias religiosas dentro de la obra no pasan de referirse única y exclusivamente a la cultura venezolana y dentro de esta a sus expresiones urbanas en los mercados es decir, como parte de y en relacion a los hombres del mercado y a las mercancías en venta, es una antropología cultural del mercado y a lo sumo del cristianismo como se expresa en la antropología cultural del mercado.
Notes
-Mi ensayo teorico-etnografico de antropología urbana a que hago referencias From Modern to posmodern a la vez que es el texto de catálogo, también ese el texto que introduce la obra en su primera habitación ilustrado con 15 fotografías, el mismo que posteriormente se distribuye como un texto guía de sala museográfico a lo largo del recorrido de entrada y salida de la obra y que fue al mismo tiempo el texto que recoge mi research previo de trabajo campo anterior al inicio de la realización y concepción de the market from here utilizado en el modo del script o libreto como texto a ser puesto en la escena visual en el modo del cine o el teatro fue publicado como texto de catálogo que repartimos en la inauguración de la obra.
-La obra incluye en su habitación 4 autorepresentacional sobre el trabajo de campo y le proceso de hacerla, al lado de fotografías de ello, tres párrafos teóricos de mi autoría sobre el concepto de evocación y tres párrafos teóricos de mi autoría sobre el concepto de representación. En el centro de la obra cite dos párrafos sobre el concepto de evocación como lo discute Stephen A Tyler en su ensayo La Etnografía posmoderna que leí y cite del compendio de Carlos Reynoso El Advenimiento de la Antropología Posmoderna publicado en Gedisa, 1994,
While I am currently getting ready to extend my fieldwork research to do papers on Andino Imageries including waves and ceramics as well as to write on several other issues in Venezuela traditions, I am also currently on the way committed to complexion an upcoming book of ethnography on Venezuelan Amerindians, wayues, yuxpas, zulia amerindians and Yanomanis, this book based in many years living in Caracas seen films and videos on Yanomamis as well as television programs of several Venezuela private channels as on my direct knowledge on the echoes and impact of amerindians communicates in Venezuela as a country, including visualizations of books and catalogues made in Venezuela by several private organizations, will discuss visual materials such as films, videos, televisions programs, online sites and printings with discussions of previous books and papers on Yanomamis and a future expedition travel I am currently preparing as a research fieldwork of six months
Bibliography
Habermas Junger, Max Weber Theory of rationalization, the Theory of communicative action, Beacon Press
Guiner, Salvador Javier Muguenza and José Maria Maraval, Max Weber, Teoría Sociológica Contemporanea, Tecnos
Tyler Stephen A, Presenter (Dis)Play, published at L'Esprit Créateur 31.1 (1991): 122-130
Tyler Stephen A, Sobre Evocation, Pp, La Etnografía Posmoderna, Ed Carlos Reynoso, El Advenimiento de la antropología posmoderna, Gedisa
Tyler. Stephen A, On Evocation, Pp, “Post-Modern Ethnography.” The Unspeakable, Discourse, Rhetoric and Dialogue in the Posmodern World, Wisconsin University Press
Tyler Stephen A, Evocation; The Unwrtieable, A Response to Abdel Hernandez San Juan, Sept 9, Rice University, Houston, Texas, USA, 1997
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